La estimulación musical desde el ambiente intrauterino, influye directamente en la actividad sensorial y motora del ser humano en desarrollo. Este proceso filogénico fundamenta la conciencia corporal y psicológica que determina la autonomía del individuo ante determinadas normativas sociales.
De esta forma, podemos decir que los movimientos corporales y la manera en que se activan ciertas regiones del cerebro cuando escuchamos música, no sólo estimulan el desarrollo sensoriomotor del infante, sino que también permite adquirir una visión amplia sobre conceptos tan ambiguos como el tiempo o el espacio.
Podríamos decir entonces que, la música, es el puente que conecta al mundo de las matemáticas y el lenguaje en un solo individuo. Tal fenómeno construye y fortalece las capacidades intelectuales del mismo, con respecto a la comprensión de la vida misma.
La música y su relación con el cuerpo y la consciencia
Desde la antigüedad, diferentes culturas han utilizado música como medio de interacción social y para establecer un vínculo con el medio ambiente. Así, la corporalidad y la conciencia están sumamente relacionadas entre sí y pueden fortalecer diferentes tipos de capacidades que a su vez, se integraran entre sí.
Para construir buenas relaciones sociales, nuestro cuerpo y mente deben estar en equilibrio. Para esto, es necesario también adquirir cierta autonomía intelectual y moral que puedan capacitarnos para lidiar y transformar nuestro entorno cultural.
Por lo tanto, podemos asegurar que la sincronización, direccionalidad y dimensión pueden estimularse propiamente cuando aprendemos a cultivar la música como parte de nuestra vida cotidiana.
No sólo se trata de escuchar sino de aprender a escuchar para imitar patrones rítmicos que más tarde podamos proyectar a través de nuestro cuerpo o instrumento musical. De esta forma, podremos establecer un lenguaje entre nosotros los intérpretes y los espectadores.
La música en el embarazo
Diferentes estudios coinciden en quela música juega un papel importante en las formas de comunicación corporal y lingüística de los seres humanos incluso, desde el momento en que se está en el vientre materno.
Asimismo, mediante la música, como individuos podemos crear y expresarnos de diversas formas y no sólo a través de los sonidos, sino mediante las imágenes que se construyen a través del sonido y que, de alguna u otra manera, nos diferencia del resto.
Dicho esto, la música coordina las funciones sensoriales, motoras y cognitivas desde la infancia y puede llegar a fundamentar las bases del desarrollo de la consciencia humana. Así, podemos relacionar la música con diferentes clases de inteligencia y que incluso, los géneros musicales pueden canalizar ciertas emociones y habilidades. Por consiguiente, se estimulan otras regiones cerebrales a través de diferentes sonidos, ritmos, tempos, etc.
En otras palabras, podemos decir que existe una clase de música para las diferentes actividades humanas y pueden producir estados de distención neuronal propios para la creatividad, la concentración, la memoria y la atención. Todas ellas son fuentes fundamentales para el proceso del aprendizaje.