¿Alguna vez os ha pasado que habéis ido de compras con vuestros hijos y habéis pensado en comprarles ropa de una talla más para que les dure más tiempo? Si la respuesta es sí, te invito a que sigas leyendo este artículo, si la respuesta es no… ¡también!
Los niños crecen muy rápido, tanto es así, que hay que estar renovando su fondo de armario de forma constante. Los hay que crecen más rápido, y los hay que lo hacen más despacio. Se podría decir que el momento en el que los más pequeños van a dar sus “estirones” es prácticamente impredecible, y esto, en lo que a la ropa se refiere, supone un pequeño problema. Por esta razón, no es raro que intentemos alargar lo máximo posible la vida útil de una camiseta, un jersey, una camisa, etc.
Estoy bastante seguro de que ahora mismo os estaréis preguntando qué hago hablándoos en un blog de música sobre ropa. Pues bien, a lo largo de este artículo daremos respuesta a esta pregunta.
A los niños no sólo se les queda pequeña la ropa, sino que esto también ocurre con determinados instrumentos, como por ejemplo, los violines. Como pasa en cualquier familia, en las clases de violín también es muy difícil determinar cuánto tiempo van a poder dar uso a este maravilloso instrumento que los niños acaban de adquirir. Por supuesto, se puede hacer una estimación, pero nunca va a ser exacta. Sin embargo, hay que decir que los violines no son como la ropa, es decir, no podemos usar violines de más talla para que les duren más tiempo. A continuación veremos el porqué.
¿Qué pasa si el violín les queda grande?
El violín tiene que ajustarse perfectamente a la talla del niño. De otra manera, podríamos observar un “parón” en su proceso de aprendizaje. Este estancamiento podría desembocar, sin lugar a dudas, en una gran desmotivación.
Como con cualquier otro instrumento, para tocar el violín hace falta un esfuerzo físico, empezando por la presión que hay que ejercer sobre las cuerdas con los dedos de la mano izquierda para que éstas suenen. Para niños mayores (9-10 años, por ejemplo) o incluso adultos, el proceso de colocar los dedos de esta mano para que suene una nota, puede resultar una tarea relativamente sencilla. Sin embargo, si lo que tenemos delante es un niño de 3, 4 o 5 años, la fuerza que deben ejercer puede resultarles una tarea ardua y costosa. Cuanto más grande sea el violín, más fuerza habrá que aplicar sobre las cuerdas.
Huelga decir, llegados a este punto, que si a un niño de corta edad le ponemos un violín de su talla, y sabemos que ya de por sí el simple hecho de sostenerlo le va a costar y es probable que se canse, o, como hablábamos antes, el colocar los dedos de la mano izquierda sobre las cuerdas le va a suponer un gran esfuerzo (en la mayoría de los casos), imaginemos entonces lo siguiente: si resulta que ese violín es de una talla mayor, pesará más y toda actividad y ejercicio que llevemos a cabo será, como mínimo, el doble de costosa para ellos. Además, esto no hará más que favorecer la aparición de vicios, que siempre resultan muy complicados de quitar.
Resumiendo… tocar con un violín del tamaño adecuado es fundamental para adquirir la técnica correcta y evitar lesiones.
Al igual que tocar con un violín grande es perjudicial, si la talla del instrumento es más pequeña que la recomendada también provocará dificultades y el alumno no podrá avanzar todo lo que sería deseable.
En este momento cabe plantearse la siguiente cuestión: ¿qué talla de violín debemos comprar a nuestros hijos? Para empezar, y por lo que hemos visto anteriormente, sabemos que existen tallas de violines determinadas para que el proceso de aprendizaje de nuestros hijos no se vea afectado por un impedimento físico, así que, de todo esto hablaremos en el siguiente artículo. En él aclararemos qué tamaño de violín es el apropiado teniendo en cuenta las características particulares de cada estudiante y veremos en qué nos tenemos que fijar en lo que a calidad-precio se refiere a la hora de hacernos con un nuevo instrumento.
Reflexión final
Para concluir este artículo, me veo en la obligación de recordarte que tengas paciencia y nunca te estreses…
Cada niño es completamente único y sus características psicológicas y fisiológicas son absolutamente particulares. Partiendo de esta idea, no debemos estresarnos si el resto de sus compañeros ya ha cambiado de violín y vuestro hijo sigue con el mismo de hace año y medio. Esto sólo significa que hay que esperar un poquito más y respetar su crecimiento hasta que éste nos permita cambiar a un tamaño mayor.